Construcción sostenible: Certificado WELL y el agua

  • 6 mayo, 2021

Aunque se suela meter en el mismo cajón mental, en este caso estamos ante un certificado no de construcción sostenible, sino de construcción saludable. Aunque comparte principios y medidas con los certificados de construcción sostenible, y en muchos proyectos se llevan a cabo de la mano.

Historia y origen

Origen: Estados Unidos, 2013. 

Institución: La compañía Delos Living LLC, fundó el WELL Building Institute (IWBI), que desarrolla el certificado WELL Building Estándar (WELL).

A nivel global este certificado es administrado por el Green Businnes Certification Inc. (GBCI) que también administra otros certificados como LEED o EDGE.

En España y América Latina, la Fundación Instituto Tecnológico de Galicia (ITG) es la entidad gestora y responsable de su funcionamiento.

Metodología: Se trata de un sistema de evaluación y de certificación de la salud y el bienestar de los ocupantes. Es necesario contactar con un asesor reconocido por WELL (WELL AP), que realizará todos los trabajos de asesoramiento. Una vez realizado el proyecto, un performance testing agent perteneciente a una organización autorizada (en el caso de España el ITG) debe verificar in situ que todo está correcto antes de obtener la certificación.

Tipos de certificado

Los esquemas de certificación varían en función del tipo de proyecto.

No tiene tantos esquemas como los certificados de sostenibilidad a los que estamos acostumbrados, contando principalmente con tres: WELL Building Standard (v1 o v2 en sus sucesivas versiones) para la mayoría de proyectos, WELL Health-Safety Rating, enfocado en las operaciones y el mantenimiento, WELL Community que expande el certificado al nivel de comunidad y WELL Portfolio, como herramienta de benchmarking para grandes tenedores.

Proyectos WELL

Su expansión alcanza -a día de hoy- 98 países a nivel internacional.  Tiene 24.321 proyectos en todo el mundo (20.068 registrados y 4.253 certificados) y 140 en España (113 registrados y 27 certificados).

Como vemos, es una certificación en claro crecimiento, con muchos de ellos esperando a completarlo próximamente.

Se pueden acceder a todos los proyectos del registro WELL en la web.

Apartados que evalúa

Los certificados suelen agrupar los diferentes requisitos a evaluar en bloques temáticos.

En WELL existen 10 categorías.

En cada una se evalúan distintos aspectos y se establece un sistema de puntos en función de los hitos registrados que se consigan. Al final se realiza la suma de todos los puntos y en función del resultado final se obtiene una categoría u otra de certificación (o no se obtiene).

Estas puntuaciones, y los apartados que incluye cada categoría, dependen de la certificación a la que se vaya a optar, que será la correspondiente al tipo de proyecto que tengamos.

En función de los puntos que se obtenga -con un máximo de 110 puntos- será la calificación de la certificación.

Si se trata de un certificado del tipo WELL Core, existe un certificdo bronce, para los que consigan más de 40 puntos.

En cada apartado existen una serie de apartados obligatorios, que no suman puntos, y otros que son opcionales pero sí suman. En general, en todos los apartados se deberá optener un mínimo de un punto y un máximo de 12, aunque haya más de 12 puntos disponibles teoricamente.

El agua en la certificación WELL

Como en todos los certificados, un apartado importante es el del agua. Dependiendo del tipo de esquema, los requisitos sobre el agua pueden variar un poco. Para no extendernos demasiado, vamos a analizar el esquema WELL V2.

Como vemos, necesitamos cumplimentar obligatoriamente tres prerrequisitos, en los que se controlan que la calidad y salubridad del agua sean las adecuadas. Para ello se deben controlar y analizar parámetros químicos, físicos y biológicos. Y no solo al haber finalizado la construcción, sino que se debe llevar a cabo un control anual de algunos parámetros y tener implementado un plan contra la Legionela en el caso de ser necesario.

Además, se valorarán aspectos como la promoción de la ingesta de agua en las zonas comunes, la protección contra las humedades, y el moho, baños con sistemas de higiene mejorados o el establecimiento de un plan de salubridad de los sistemas de reutilización de agua no potable.

Conclusiones

El certificado WELL, como todos, tiene ventajas e inconvenientes, al menos desde el punto de vista de la gestión del agua.

Ventajas: Controla la calidad del agua, no solo en el momento de la finalización de las obras, sino a lo largo de la vida útil de la edificación. En zonas desarrolladas, con conexión a un sistema de abastecimiento de agua moderno, el cumplimiento de los requisitos es sencillo, ya que no suele requerir de ningún tipo de tratamiento.

Además, está muy bien especificado que se debe controlar en cada apartado y como se debe hacerlo, dando muy poco espacio a la interpretación y a las dudas.

Inconvenientes: En un principio todo el sistema de asesores, certificadores, empresas autorizadas, diferentes esquemas, diferentes versiones, confunde bastante, pero para eso está la figura del asesor WELL AP, que te indicará que necesita, si lo que eres es un experto en un área concreta, como el agua.

Está empezando a ser común que se desee obtener para un proyecto un certificado de sostenibilidad, tipo BREEAM o LEED y uno de salud y bienestar como WELL, ya que son complementos ideales.

Es por esto que ya algunos certificados se están poniendo de acuerdo para que los aspectos comunes en ambos certificados (sostenibilidad y salud), no tengan que hacerse por duplicado y sirvan para ambos.

Si te interesan los certificados de construcción sostenible, puedes consultar otros artículos de esta serie: BREEAM, LEED, VERDE y GRESB.

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