Cómo reducir un 25% nuestro consumo de agua

La clave está en la reutilización a pequeña escala de las aguas grises, una tecnología sencilla y asequible, que cada vez se está implantando en más proyectos.

Las aguas grises son aquellas que, aunque no están limpias, no están contaminadas con restos fecales o de comida (y sus bacterias asociadas). En un hogar englobarían el agua de los grifos, la ducha, e incluso si se tiene cuidado de que detergente usar, de las lavadoras.

Aunque en este artículo cojamos como ejemplo una vivienda o edificio de viviendas, el reciclaje de aguas grises se puede aplicar a todo tipo de proyectos (oficinas, centros educativos, centros deportivos, etc.)

Cómo se reciclan

Las aguas grises son más fáciles de depurar que las aguas negras por su bajo o nulo contenido de materia orgánica y restos fecales. Se pueden usar desde métodos extensivos, como humedales artificiales, hasta métodos intensivos, que ocupan mucho menos espacio y se pueden situar casi en cualquier sitio (enterrados o en el sótano).

Dependiendo de los usos que vayamos a hacer, podríamos limitarnos a una filtración y decantación, pero lo ideal es que el sistema tenga una fase de oxidación total (o una fase análoga como un filtro biológico) y una fase de desinfección, para asegurarnos la completa desinfección.

Son sistemas fáciles de instalar, y con inspecciones periódicas (los distribuidores suelen recomendar una anual) no suponen ningún problema o preocupación extra. Muchos de ellos disponen de un sistema electrónico de control que optimiza la depuración y reduce el gasto energético al mínimo.

Datos de consumos domésticos

En España, según el Instituto Nacional de Estadística (2016), la media de consumo es de 132 litros por habitante y día.

Según La Asociación Española de Abastecimiento y Saneamiento (AEAS) en zonas metropolitanas, el consumo medio se sitúa en 107 l/hab. y día (hay muy poca proporción de viviendas grandes y con jardín, lo que reduce el consumo).

Si tenemos en cuenta solo grifos y ducha, suman el 62% del consumo total de un hogar en una vivienda plurifamiliar (edificio de viviendas).

Esto quiere decir, haciendo una cuenta un poco simplista, pero que nos dará un orden de magnitud, en España al año se generan (y se podrían reutilizar potencialmente), 1.200 hectómetros cúbicos.

Así dicho es difícil hacerse una idea, pero es el 28% del agua que consumen todas nuestras ciudades juntas (INE 2016). Un 28% menos que habría que recoger, transportar, potabilizar, y luego depurar en grandes depuradoras.

Algunas simulaciones

Los usos principales en un edificio serían dos, el relleno de cisternas de inodoros y el riego, aunque también podríamos usarla para la limpieza (suelos, baldeos exteriores, limpieza de vehículos, etc).

Vamos a realizar tres simulaciones de ejemplo de cómo sería el ahorro en una vivienda con un pequeño jardín. En concreto vamos a suponer una vivienda con un consumo de 132 litros por persona y día, 3 personas en la vivienda, y una pequeña zona vegetada (o una parte proporcional de jardines comunitarios) de 25 m2 y situada en Málaga.

Vamos a reutilizar sólo la de los grifos del baño, lavadora y las duchas, lo que supondría un 42% del consumo total.

Para la recarga de inodoros

El uso de cisternas medio es un 23%, y la generación de aguas grises, un 50% en este caso, por lo que, si solo depuráramos la mitad, eliminaríamos el gasto del WC.

Sobre el total en el consumo de la vivienda (doméstico + riego) habría un ahorro de un 20%.

Para riego

La ventaja del uso de aguas grises para riego, es que se generan todos los días, incluso en verano, cuando más falta hacen, al contrario que las aguas de lluvia. El ahorro dependerá mucho del clima de la zona, de la superficie y las especies plantadas.

Sobre el total en el consumo de la vivienda (doméstico + riego) habría un ahorro de un 5%, ya que solo estamos aportando agua para el riego, una componente mucho menor que el consumo doméstico (en este caso concreto).

Para inodoros y riego

En los dos casos anteriores, la generación de aguas grises era mayor que los consumos para los que podríamos usarla la mayoría de los días, por lo que podríamos usarla para ambos usos.

Sobre el total en el consumo de la vivienda habría un ahorro de un 24%.

No se reduce en un 25% como se podría presuponer, ya que existen días, los de más consumo del jardín, que las aguas grises depuradas no son suficientes, pero casi.

El ahorro potencial es muy considerable, como podemos ver. Los ahorros podrían variar según la zona del proyecto, principalmente por cómo afecta la climatología al consumo de la vegetación.

Contras

El principal problema a la hora de usar esta tecnología, es que deberíamos tener un doble sistema de desagüe (por un lado las aguas negras y por otro las aguas grises), y un doble sistema de abastecimiento, si lo que queremos es alimentar las cisternas del WC y la limpieza (uno para agua potable y otro de aguas grises regeneradas). Algo que a no ser que haya una rehabilitación muy drástica, suele ser inviable, especialmente en viviendas ya construidas.

Una medida cada vez más necesaria

En un país con un estrés hídrico extremadamente alto y en aumento, no reutilizar el 50% del agua que consumimos en el hogar, más la que consumimos fuera de casa, y que puede ser tan fácilmente depurable, es un auténtico derroche.

Cualquier edificación y ciudad que pretenda ser moderna debería contemplar seriamente su implantación.

Fuentes

  • Instituto Español de Estadística. Indicadores sobre el agua. Serie 2000-2018.
  • Canal de Isabel II. Cuadernos de I+D+i. 4: Microcomponentes y factores explicativos del consumo doméstico de agua en la Comunidad de Madrid.

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