¿Qué es ser «water positive»? El nuevo objetivo de las grandes compañías

Grandes empresas como Microsoft, Facebook, PepsiCo o Google han anunciado que para 2030 quieren convertirse en “water positive” y muchas más están sumándose a esta iniciativa. Pero ¿qué significa esto y como lo pretenden conseguir?

Ser “water positive” se define como generar más agua de la que consumes. Pero a continuación lo lógico es preguntarse ¿cómo vas a generar más agua de la consumes? Podrás reducir el consumo, pero no te vas a poner a juntar hidrógeno y oxígeno, porque eso, entre otros problemas, requiere energía, lo que dificultaría otro de los objetivos medioambientales que se han propuesto estas empresas, ser “carbon neutral” o lo que es lo mismo, ser neutros en emisiones de carbono.

Quizá con este concepto de “neutralidad de carbono” si estemos un poco más familiarizados y nos servirá para explicar este nuevo concepto, que es muy parecido, pero con el agua.

La palabra clave para conseguir estos objetivos es “compensar”. Si queremos ser neutros en carbono tendremos que calcular nuestras emisiones, ya que no vamos a poder evitar que las haya -por ahora-, y compensarlas invirtiendo en tecnologías y proyectos de captura de carbono. Desde métodos más modernos como convertir CO2 en roca o los más tradicionales como plantar árboles.

El CO2 que emito en mi actividad se compensa con el que capturo y si la resta es igual a 0 me declaro “carbon neutral”.

Ser “water positive” consiste en seguir el mismo principio, pero como siempre, el agua tiene ciertas características que la hacen un poco más compleja.

La primera diferencia es que como el CO2 tiene un efecto global da igual dónde esté emitiéndolo, va a afectar a todo el planeta. Pero a cambio puedo compensar lo que estoy emitiendo aquí con un proyecto de reforestación en la otra punta del globo.

Con el agua para suerte o desgracia no funciona así porque los problemas son mucho más locales. No va a ser lo mismo que se consuma agua en un lugar con muchos recursos hídricos que en una zona con alto estrés hídrico. Y por ello muchas empresas sólo considerarán necesario compensar su uso del agua cuando operen en estas últimas zonas. Para ello usan como referencia el Índice de Estrés Hídrico definido por el World Research Institute (WRI) para elegir en qué zonas es necesario hacerlo y en cuáles no.

Mapa de Estrés Hídrico en la península Ibérica. Atlas Aqueduct (WRI)

Y por supuesto, las medidas de compensación deberán hacerse en la misma cuenca hidrográfica estresada en la que se produzcan los consumos.

Como en el caso del CO2, hay una balanza que tenemos que compensar. En un lado los consumos, y en otro lado las acciones para “generar agua”.

El lado del cálculo del consumo puede parecer fácil, miramos el contador del agua de las instalaciones y listo. Pero en realidad lo que tendríamos que calcular es nuestra huella hídrica, que incluye no sólo el agua que consumimos directamente sino también los consumos indirectos necesarios para nuestra actividad, incluso contabiliza la contaminación del agua que producimos. Todo ello al final tendrá un valor en metros cúbicos de agua que habrá que compensar.

En algunos casos este cálculo se hará mejor, o en otros peor, como el caso de Facebook, que sólo tiene en cuenta el agua evaporada. Parece que capturar, potabilizar, transportar, contaminar y volver a verter el agua en otro sitio distinto no afecta en nada a los recursos hídricos de una cuenca (nótese la ironía).

Antes de pensar en cómo compensar, la primera medida y más lógica es reducir el consumo de agua de la actividad. Para ello existen muchas maneras, tecnologías y enfoques. Si te interesan puedes pasearte por nuestra web y encontrarás muchas, pero este no es el objetivo de este artículo.

Para compensar los consumos que no hayas podido eliminar se financian y desarrollan (siempre dentro de la misma cuenca) proyectos que ayuden a cuidar, mejorar y aumentar los recursos hídricos de la cuenca.

Estos proyectos pueden ser de todo tipo: construcción y mejora de humedales, programas de permeabilización de superficies, mejora de la depuración de agua de las poblaciones, aumento de la eficiencia en regadíos, sistemas de reutilización de agua, reforestaciones (aumentan la infiltración del agua de lluvia), etc.

La forma de contabilizar estas medidas en metros cúbicos, al igual que con la huella hídrica, no es directa. Para hacerlo el WRI ha desarrollado el VWBA (Volumetric Water Benefit Accounting) que estandariza el cálculo y permite traducir los beneficios de cada proyecto a un volumen concreto de agua, ya que algunos beneficios como la mejora de la calidad del agua o la reducción de la contaminación del terreno no son directamente contabilizables en metros cúbicos de agua.

Con estos datos de consumo de agua y de compensación se puede llegar a la conclusión de que se está “generando” más agua de la que se consume, o sea, de que se su actividad es “water positive”.

Cuando hablamos de sostenibilidad y sobre todo en grandes compañías -más aún si hay petroleras entre ellas como BP que ha anunciado este objetivo para 2035- nos surge la pregunta ¿compromiso o puro greenwashing?

Depende de cómo lo enfoquen, como lo ejecuten y si es un hecho aislado para mejorar su imagen y ponerse la medallita o realmente forma parte de una estrategia transversal a toda su actividad. Seguramente habría que mirar caso por caso, pero una posible mala utilización del concepto no quiere decir que no sea una gran iniciativa.

Esperemos que el concepto “water positive” o al menos su filosofía se extienda y nos pongamos manos a la obra para reducir los impactos sobre un recurso ya escaso, que en el futuro aún lo será más.


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¿Quieres aprender con nosotros?

Curso gratuito y online: Introducción al Uso sostenible del agua en la edificación

13 vídeos donde repasamos todos los conceptos necesarios relacionados con la edificación, el urbanismo y la eficiencia y el aprovechamiento del agua.

¡Súbete a la ola!