Según el diccionario de la RAE (Real Academia Española), cuya página web acaba en segundos con discusiones que antaño podían alargarse horas (quitándole así toda la diversión) nos dice que desalinizar es:
1.Quitar la sal del agua del mar o de las aguas salobres, para hacerlas potables o útiles para otros fines.
Por lo tanto esa definición nos encaja a la perfección, siempre y cuando este sea un blog de agua y no las páginas gastronómicas de El País, por favor, revíselo querido lector… ¿Bien? ¡Guay!
Por otra parte desalar se define como:
1.Quitar la sal a algo, como a la cecina, al pescado salado, etc.
2.Desalinizar.
Según esto, se consideran sinónimos, así que podríamos usarlos indistintamente sin peligro de que un miembro de la RAE nos tirara el sillón T a la cabeza. ¿Qué porqué el sillón T? ¿Quién lo ocupa? Imagina un académico tirándote un sillón a la cabeza, a que estás pensando el mismo que yo… Exactamente, Arturo Pérez Reverte, acojona, pero por ahora estamos a salvo.
Además de las anteriores, desalar tiene una segunda acepción que es:
1.Quitar las alas.
Así que si inauguramos una nueva planta podríamos llamarla desaladora, pero nos estaríamos arriesgando a que por error nos llegara un cargamento de bacalaos de Terranova, que una sociedad ornitológica nos denunciara por maltrato animal o que algún despistado de alguna megadiscoteca cercana pretendiera hacer uso de las instalaciones para contrarrestar los efectos del Redbull (en esta hay que pensar…).
Mejor quedarnos entonces con el término desalinizar, así seremos más específicos y menos ambiguos, aunque el corrector de Google no la reconozca.
PS. Hemos dicho que desalar también es correcto, así que no os pongáis ahora a revisar post anteriores para pillarme (sería demasiado fácil).
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