Hace poco me contactó un cliente con un caso bastante especial por lo poco habitual. Iba a construir una vivienda unifamiliar y la ordenanza municipal le obligaba a instalar un depósito de 50m3 (50000 litros) de almacenamiento de agua de lluvia para regar el jardín.
En principio parece excesivamente grande, pero, según criterios técnicos ¿podríamos argumentar que es demasiado grande?
De este caso me sorprendieron tres cosas:
La primera –para bien- es que se recogieran medidas obligatorias de uso sostenible del agua para viviendas en una ordenanza. Aunque fuera una medida muy concreta y se obviaran todas las demás.
La segunda que el tamaño de depósito estuviera ya impuesto y fuera tan grande para una vivienda unifamiliar. 50m3 es mucho.
La tercera –y la que más- fue el método de cálculo para llegar a la conclusión de esos 50m3. Bastaba con calcular el 7% de la superficie de la parcela, y ese sería el tamaño del depósito en m3. Así, sin más explicación. Ojalá mis cálculos fueran tan sencillos.
O sea que da igual la superficie que tenga la vivienda para ver la superficie de captación que tienes y el espacio que te quede libre para jardín.
Pero tampoco se tiene en cuenta que tipo de jardín se va a plantar. Puedes plantar desde un jardín que prácticamente no requiera riego o llenar hasta el último metro cuadrado del césped más delicado del mundo con la red de riego peor diseñada y sin ningún tipo de control sobre cuanto deberías consumir y cuanto estás consumiendo.
Con que pongas un depósito de este tamaño, listo.
Pero, ¿es eficiente un depósito tan grande para este caso? ¿Es un tamaño lógico o no tiene ningún sentido? Eso es lo que vamos a ver a continuación.
Para ello vamos a meter todas las características de la vivienda en el modelo de Hidrología Sostenible MHS1: unos 120 m2 de cubiertas, 100 m2 de césped y 180 m2 de plantas variadas. E introducimos también datos meteorológicos diarios de unos años que sean representativos del clima donde se construirá la vivienda.
De esta manera podemos simular como se comportaría la vivienda bajo condiciones reales en función de las medidas de ahorro que tuviera. Si te interesa saber algo más sobre el modelo utilizado puedes hacerlo aquí http://hidrologiasostenible.com/mhs1/
Para tener una idea global del tamaño de depósito ideal, en lugar de hacer una simulación con un tamaño de depósito, vamos a hacer muchas, para muchos tamaños de depósito y vamos a ver que ahorro de agua obtendríamos anualmente en una sencilla curva.
Como vemos en estas simulaciones hasta depósitos de 80.000 litros, el ahorro crece rápidamente al principio y la curva se va aplanando hasta que en el entorno de los 70.000 litros es depósito es tan grande que nunca se llenaría, por lo que el ahorro se para.
Si miramos la pendiente de la curva podremos ver el ahorro que se produciría al aumentar el depósito un poco más.
En la primera parte, por cada litro que aumente el depósito, el ahorro es 3.5 veces mayor.
En la parte intermedia, por cada litro que aumente de capacidad, es un litro de ahorro más que obtendré al año.
Y sobre los 40.000 litros por cada litro que aumente el depósito solo voy a aumentar el ahorro en 0.5 litros.
Y si miramos el ahorro total para los 50.0000 litros que nos pedían, vemos que la eficiencia media del depósito es 1:1, el ahorro anual es el mismo que el tamaño de depósito: 50m3.
Y ahora la pregunta del millón y para lo que estamos haciendo este estudio ¿Es este tamaño técnicamente el adecuado? Lamentablemente no hay una respuesta rotunda.
Desde el punto de vista estrictamente económico no lo es. Sin introducir las tarifas del agua y los demás consumos en el modelo no podemos saber con precisión cuanto sería el ahorro económico asociado, pero podemos hacer unos números gordos. En España el precio del agua medio con IVA está en torno a 2€/m3 (AEAS, 2020). Si suponemos que esta casa consumirá más que la media tendremos el agua más cara por la facturación en bloques, supongamos el doble, 4€/m3. Entonces tendríamos un ahorro anual de 200 euros.
¿Y cuánto vale un depósito de 50m3? Pues podemos encontrarlos haciendo una búsqueda rápida en la red desde unos 7.000 euros de fibra de vidrio sin colocación y sin accesorios (filtros, bomba, conexiones) hasta 20.000 €. Aunque cogiéramos el precio más barato sería una amortización de 35 años. Si estuviéramos en medio del campo sin más recursos que la lluvia se vería este ahorro con otros ojos, pero estando en el entorno urbano las cuentas no salen.
Pero no todo es ahorro económico, el agua es un bien preciado y hay que cuidarlo, además su consumo tiene un impacto medioambiental. ¿Y cómo medimos ese impacto? Y si lo pudiéramos medir ¿cuál es el criterio para decir que hemos reducido nuestro impacto lo suficiente? No hay respuesta. Por lo tanto, no podemos decir que técnicamente no es un tamaño adecuado cuando no hay ningún criterio técnico para hacer el cálculo en primer lugar, sólo una fórmula “mágica”.
Pero podríamos abordar el problema desde otro punto de vista técnico para argumentar que poner un depósito de 50m3 no es la solución ideal. Si con 50m3 de depósito conseguimos un ahorro anual de 50m3 de agua, ¿podríamos conseguir ese mismo ahorro con otros métodos más eficientes? La respuesta es sí.
¿Y cómo lo hacemos? pues entre muchas opciones y sin ni siquiera contemplar nada más que recoger el agua de lluvia (hay muchas más opciones de ahorro) podemos simplemente optar por usar el agua para otro uso aparte de regar el jardín, por ejemplo, rellenar las cisternas de los inodoros.
En este caso, al estar constantemente demandando agua del depósito, lo vaciamos más rápido y dejamos sitio para la siguiente lluvia, haciéndolo mucho más eficiente. En este caso con un depósito de 15.000 litros conseguiríamos el mismo ahorro que con uno de 50.000 litros para sólo riego. Y la diferencia de precio te daría sin problemas para poner una tubería más que llevara el agua hasta las cisternas.
Si comparamos las gráficas del nivel de agua dentro de los depósitos vemos más claramente la clave de esta eficiencia:
Como vemos, cuando introducimos un consumo regular, existen muchos más picos, más subidas y bajadas que es lo que le aporta eficiencia al depósito. De hecho, un depósito de 50.000 litros no se llenaría nunca, y nos tendríamos que ir a uno de 15.000 litros para que se llenara en algún momento todos los años.
Y esto sólo ampliando el uso del agua de lluvia. Habría muchas otras medidas que podríamos introducir, antes incluso de pensar en recoger agua de lluvia, como un diseño del jardín y una red de riego eficiente, recuperar las aguas grises para las cisternas y el jardín, sistemas de recirculación de agua caliente, etc. Seguramente más eficientes que almacenar agua de lluvia debido al clima y económicamente más baratas.
Sé que es más sencillo aplicar una pequeña fórmula y obligar a realizar una medida concreta, pero entonces no estamos buscando la sostenibilidad sino una apariencia de sostenibilidad. Y seguramente no será por falta implicación sino por falta de conocimientos ya que el uso sostenible del agua para muchos es aún un gran desconocido.
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