Exposición de los hechos:
El 1 de Noviembre de 2013 el ayuntamiento de Málaga a través de la Empresa Municipal de Aguas (EMASA) cambió el sistema de tarificación con la presunta intención de hacerlo más justo.
Hasta la fecha, y como pasa en la mayoría de los casos, los bloques de tarificación eran fijos y daba igual cuantas personas vivieran en la casa. De este modo una vivienda en la que vivan 5 personas y gasten 20 m3 (4m3 por persona) pagarán más que una vivienda en la que vivan 2 personas y consuman 8 m3 (también 4m3 por persona), debido a que los bloques de mayor consumo son más caros.
Para intentar arreglar este hecho “presuntamente injusto” se ha optado por que los bloques de consumo vayan en función de los habitantes empadronados en cada vivienda.
En principio esta medida parece lógica y más justa, pero ¿realmente lo es?, sometemos la nueva tarificación a juicio.
El equipo de gobierno (abogado defensor) sostenía que con la nueva tarificación el 75% de la población vería rebajada su factura, siendo el nuevo sistema mucho más justo.
Por el contrario, el partido de la oposición (fiscal) sostiene que el recibo ha subido en el 72% de los hogares, y por lotanto van a recurrir el nuevo sistema de tarifas.Ver noticia.
Uno dice una cosa y el otro todo lo contrario (oh! sorpresa), y cuando esto ocurre lo más probable es que ninguno tenga razón. Adaptando un poco el dicho, «no dejes que la verdad te estropee una buena estadística».
En nuestro papel de experto independiente (que no juez, ese serás tú), vamos a hacer unos números y a ver qué hay de verdad y de mentira en esto. En principio parece una medida lógica y justa, algo de sentido común, veremos si en este caso funciona o no el menos común de los sentidos.
El método está claro, calculamos cuanto pagaría una vivienda antes y después del cambio de tarifa y veamos quien sale ganando. Como premisa vamos a tomar 2 consumos medios de referencia, el consumo doméstico medio en España (142 litros por persona y día, según el último dato del INE en 2010) y el que han tomado tanto los partidos políticos como EMASA para hacer sus cálculos, el consumo doméstico medio en Málaga (112 litros por habitante y día).
Veamos ahora la diferencia entre lo que se venía pagando por el agua y lo que se pagará:
Lo primero que hay que señalar es que se ve claramente que las nuevas tarifas están calculadas para un consumo de 112 litros y penalizan mucho los consumos más altos, aunque estemos hablando del consumo medio en España, que no creo yo que eso sea un consumo exagerado, pero bueno. Además en estos cálculos se incluye el llamado Canon de Mejora de Infraestructuras Hidráulicas de la Junta de Andalucía, que no se ve afectado por el cambio de tarificación. En sus cálculos para la nueva tarificación, el ayuntamiento y EMASA no lo tienen en cuenta, yo en mi factura si lo voy a tener que pagar.
Dicho esto vamos a quedarnos con el consumo medio en Málaga de 112 litros por habitante y día, y sin el canon de mejora.
A la vista de los datos lo coherente es decir que el 50.9% de las viviendas pagarán más que antes, un 11.2% pagarán más o menos lo mismo, y que un 37.9% pagarán menos. Eso sería sin entrar en oportunismos políticos y sin entrar más en detalles. Seguiremos sin oportunismos políticos y entraremos en detalles, dejaremos que los números hablen.
Ese consumo de 112 litros, en un mes de 30.5 días (de media) serían 3.41 m3, lo que nos colocaría, con un consumo medio, directamente en el tercer bloque de facturación. Quizá no por mucho, solo nos cobrarían en el tercer bloque 416 litros, pero conceptualmente ya chirría un poco (nadie ha dicho que los bloques tengan que terminar en números enteros).
Hemos visto como variaría la factura del agua, pero esto no nos dice si ahora realmente sería más justa, para ello vamos a ver la factura por persona y no por vivienda. Además extraeremos unas medidas estadísticas básicas para entender mejor como ha cambiado la factura, algo muy sencillito que todos hemos estudiado.
A la vista de los datos de distribución de la población de que dispongo (poco detallados, son los que ofrece «el fiscal») he hecho un grupo con las viviendas de 4 o más habitantes, usando el gasto por persona como la media de los hogares de 4, 5 y 6 habitantes.
Lo primero que vemos es que la media aumenta muy ligeramente, pero las medidas de dispersión (varianza y coeficiente de variación) si aumentan de manera significativa. Estas medidas de dispersión miden la desigualdad entre lo que paga cada habitante por el agua, y refleja que la factura por persona es más desigual ahora que antes. En concreto la dispersión pasa de un 7% a un 17% según el coeficiente de variación. Si contabilizáramos el Canon de Mejoras de la Junta de Andalucía antes mencionado pasaríamos de un 9% a un 19%.
¿Por qué ocurre esto?
La factura está compuesta por conceptos fijos (cuota de servicio, que no depende del consumo) y conceptos variables (dependen del consumo). La cuota de servicio se paga por vivienda, por lo que en viviendas con pocos inquilinos este concepto se reparte entre menos personas, lo que resulta más caro por persona.Al contrario sucede en las viviendas con más inquilinos, el canon se reparte más. Esto, que no se ha cambiado, favorece a las viviendas con más inquilinos.
En el caso de la facturación anterior, como hemos visto se pagaba por vivienda, lo que favorecía a las viviendas con pocos inquilinos y penalizaba a las de muchos inquilinos. O sea que salían favorecidos por un lado y perjudicados por otro.
En el sistema actual la cuota de servicio se sigue aplicando igual, pero la parte variable se ha ajustado al número de inquilinos. Se sigue perjudicando a las viviendas de pocos habitantes por la parte fija pero ahora no se le compensa en la parte variable.
Es decir, que al haber hecho más «justa» solo una parte de la facturación se ha conseguido hacer más «injusta» la facturación completa, les ha salido el tiro por la culata.
Mi intención al hacer este pequeño estudio no era encontrar argumentos a favor o en contra del nuevo sistema de tarificación, sino encontrar la verdad tras las estadísticas y datos lanzados al aire en medios de comunicación y ruedas de prensa.
Como dice el divulgador científico Pere Estupinya, «piensa como un científico, no como un abogado«. El abogado partiendo de un objetivo, salvar o condenar a alguien, busca pruebas para ello, todo lo contrario al método científico, que solo busca la verdad.
Como curiosidad destacar que de los 6 presidentes del gobierno, 5 estudiaron derecho, y el único que no lo hizo solo estuvo 2 años en el cargo (Calvo Sotelo, Ingeniero de Caminos). Nos gobiernan abogados.
Una muestra de esto es el Informe de la Unión de Consumidores de Málaga que pretende avalar el nuevo sistema tarifario, otra cosa es que lo consiga. Pincha aqui: AnalisisCriticoTarifaAguaMalaga
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